Marchetti escribe poesía programáticamente plebeya para cantar al amor, a muchos modos del amor, que no quieren ser elevadas a un plano metafisico, que no se preocupan por el glamour de ningún tipo. Amar es reinventar no sólo al propio yo sino a los propios versos, es volver a pensar el arte, las vanguardias, la escritura, volver a pensar cada experiencia social e incluso política. Por eso poesía no es belleza ni palabra sublime: reinventar y reinventarse en lo cotidiano, en lo impuro, en la autoironía, pareciera en este libro ser su cifra, su secreto a voces, su práctica viva. Elsa Drucaroff
Marchetti escribe poesía programáticamente plebeya para cantar al amor, a muchos modos del amor, que no quieren ser elevadas a un plano metafisico, que no se preocupan por el glamour de ningún tipo. Amar es reinventar no sólo al propio yo sino a los propios versos, es volver a pensar el arte, las vanguardias, la escritura, volver a pensar cada experiencia social e incluso política. Por eso poesía no es belleza ni palabra sublime: reinventar y reinventarse en lo cotidiano, en lo impuro, en la autoironía, pareciera en este libro ser su cifra, su secreto a voces, su práctica viva. Elsa Drucaroff