El lector a domicilio

Fabio Morábito 

Gog & Magog

Ganadora de los premios Xavier Villaurrutia y Roger Caillois 2019

 

Alguien comete un crimen que en apariencia no es grave, acaso es vergonzante porque jamás se aclara ni menciona. Al criminal se le retiene el registro y no va a la cárcel, pero se le asigna un trabajo social: brindar lecturas a domicilio. Así, el autor del crimen será lector. Como si se concluyera: quien no puede decirnos en qué consiste su culpa, debe leer historias ajenas.

Las visitas son breves y enredadas perfomances que este lector lleva adelante con la torpeza de un clown torturado por su ineficacia. Como personaje recuerda aquellos seres de Kafka que dan por sentada una culpa; sólo para entender, en un segundo aunque definitivo estadio, que esa culpa es más recóndita y tan abstrusamente práctica que resulta imposible de redimir. Acaso por ello este sujeto lea mal. Al modo del campeón de natación que no sabe nadar, el lector a domicilio emplea su voz para la lectura oral, pero es incapaz de discernir el significado de aquello que lee. ¿La lectura oral es un género escénico? ¿Una disposición mediúmnica?

Sergio Chejfec

El lector a domicilio

$22.000,00
El lector a domicilio $22.000,00
Compra protegida
Tus datos cuidados durante toda la compra.
Cambios y devoluciones
Si no te gusta, podés cambiarlo por otro o devolverlo.

El lector a domicilio

Fabio Morábito 

Gog & Magog

Ganadora de los premios Xavier Villaurrutia y Roger Caillois 2019

 

Alguien comete un crimen que en apariencia no es grave, acaso es vergonzante porque jamás se aclara ni menciona. Al criminal se le retiene el registro y no va a la cárcel, pero se le asigna un trabajo social: brindar lecturas a domicilio. Así, el autor del crimen será lector. Como si se concluyera: quien no puede decirnos en qué consiste su culpa, debe leer historias ajenas.

Las visitas son breves y enredadas perfomances que este lector lleva adelante con la torpeza de un clown torturado por su ineficacia. Como personaje recuerda aquellos seres de Kafka que dan por sentada una culpa; sólo para entender, en un segundo aunque definitivo estadio, que esa culpa es más recóndita y tan abstrusamente práctica que resulta imposible de redimir. Acaso por ello este sujeto lea mal. Al modo del campeón de natación que no sabe nadar, el lector a domicilio emplea su voz para la lectura oral, pero es incapaz de discernir el significado de aquello que lee. ¿La lectura oral es un género escénico? ¿Una disposición mediúmnica?

Sergio Chejfec