La creación de Eva

Federico Jeanmaire

Odelia Editora

186 pág

 

¿Dios operado? ¿Dios mujer? ¿Convertido en Días? (con acento, para reforzar la polisemia). Las novelas de Federico Jeanmaire siempre son una sorpresa. Las espero como pan caliente. Es uno de los escritores que mejor se lleva puesta la actualidad, combinándola con su lectura de los clásicos, y transformándola en literaria. Sus abordajes son tiernos y satíricos, sabe jugar con los ecos de la lengua y las costumbres humanas, ubicándose en la discordia del presente. La creación de Eva es una de sus mayores apuestas, conmovedora, brutal. Una mezcolanza fabulosa entre cuerpo y discurso, religión, amor y goce sexual.

Así, el cambio de género se manifiesta en su doble acepción: género con respecto a la identidad, y el género de las palabras. Una suerte de Tlön borgeano en clave transexual. Jeanmaire nos invita y desafía a vérnosla con la lengua suelta, desatada, el significante librado al incierto devenir de las identidades. Entonces no solo la protagonista se cambia de sexo; las palabras también, y eso produce una novedad literaria, al tiempo que una nueva lectura en la que, por ejemplo, “rata” ya no es solamente un roedor sino un adverbio de tiempo “operado”.

Leemos esta novela, juguetona y acongojante, a su vez como la confesión de Maruja, su protagonista, un nuevo (nueva) personaje (personaja) de Jeanmaire que se incorpora a lo que seguramente será la literatura clásica del siglo XXI.

 

Silvia Hopenhayn

La creación de Eva

$22.000,00
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¿Dios operado? ¿Dios mujer? ¿Convertido en Días? (con acento, para reforzar la polisemia). Las novelas de Federico Jeanmaire siempre son una sorpresa. Las espero como pan caliente. Es uno de los escritores que mejor se lleva puesta la actualidad, combinándola con su lectura de los clásicos, y transformándola en literaria. Sus abordajes son tiernos y satíricos, sabe jugar con los ecos de la lengua y las costumbres humanas, ubicándose en la discordia del presente. La creación de Eva es una de sus mayores apuestas, conmovedora, brutal. Una mezcolanza fabulosa entre cuerpo y discurso, religión, amor y goce sexual.

Así, el cambio de género se manifiesta en su doble acepción: género con respecto a la identidad, y el género de las palabras. Una suerte de Tlön borgeano en clave transexual. Jeanmaire nos invita y desafía a vérnosla con la lengua suelta, desatada, el significante librado al incierto devenir de las identidades. Entonces no solo la protagonista se cambia de sexo; las palabras también, y eso produce una novedad literaria, al tiempo que una nueva lectura en la que, por ejemplo, “rata” ya no es solamente un roedor sino un adverbio de tiempo “operado”.

Leemos esta novela, juguetona y acongojante, a su vez como la confesión de Maruja, su protagonista, un nuevo (nueva) personaje (personaja) de Jeanmaire que se incorpora a lo que seguramente será la literatura clásica del siglo XXI.

 

Silvia Hopenhayn