La pediatra

Andréa del Fuego

Traducción de Claudia Solans

Edhasa

194 pág

 

Cecilia es todo lo contrario de lo que uno espera de una pediatra. Es una mujer sin espíritu maternal, tiene poco aprecio a los niños y su paciencia con las madres y los padres que los acompañan es prácticamente nula. La medicina fue un camino natural para ella: siguió, sin meditarlo, los pasos de su padre, una eminencia. Curiosamente, y a pesar de su frialdad con los pacientes, al principio su consulta es exitosa. Pero poco a poco se ve perdiendo terreno frente a las nuevas tendencias, el parto natural y la medicina alternativa, prácticas que ella aborrece. Una señal evidente de que algo no está en su lugar.
Tiene una vida estable, está casada y cómoda, y tiene también un vacío que se extiende en su corazón: no es feliz. Lo que en verdad quiere, descubre, es escapar a su rutina y su soledad, correr peligros, que su vida tenga un sentido. El encuentro casual con un hombre parece dárselo. Es un hombre a cuyo hijo atendió tras el nacimiento. Y al cabo será este niño el que despertará sentimientos, y una conexión, nunca antes experimentados por ella.

Con una escritura sencilla y directa, con raptos inesperados de humor, Andréa del Fuego escribió una novela irreverente. Su pediatra es única, cínica y arrogante, y en el momento menos pensado, amorosa y conmovedora.

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$22.500,00
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Cecilia es todo lo contrario de lo que uno espera de una pediatra. Es una mujer sin espíritu maternal, tiene poco aprecio a los niños y su paciencia con las madres y los padres que los acompañan es prácticamente nula. La medicina fue un camino natural para ella: siguió, sin meditarlo, los pasos de su padre, una eminencia. Curiosamente, y a pesar de su frialdad con los pacientes, al principio su consulta es exitosa. Pero poco a poco se ve perdiendo terreno frente a las nuevas tendencias, el parto natural y la medicina alternativa, prácticas que ella aborrece. Una señal evidente de que algo no está en su lugar.
Tiene una vida estable, está casada y cómoda, y tiene también un vacío que se extiende en su corazón: no es feliz. Lo que en verdad quiere, descubre, es escapar a su rutina y su soledad, correr peligros, que su vida tenga un sentido. El encuentro casual con un hombre parece dárselo. Es un hombre a cuyo hijo atendió tras el nacimiento. Y al cabo será este niño el que despertará sentimientos, y una conexión, nunca antes experimentados por ella.

Con una escritura sencilla y directa, con raptos inesperados de humor, Andréa del Fuego escribió una novela irreverente. Su pediatra es única, cínica y arrogante, y en el momento menos pensado, amorosa y conmovedora.